Uñas... dedos... tripas

Recuerdo mi infancia cuando jugaba a la carrera de cochecitos sobre la banqueta con mis amigos de la colonia. Tenías tres oportunidades de avanzar tu auto lo más lejos posible sin caerte de la banqueta, o sin salirte de la pista dibujada con piedras en la banqueta misma.

- Uñas... dedos... tripas... (uno, dos, tres,) - Había avanzado 25 centímetros, y así, con el resto de mis amigos. Y diario salía un ganador.

Un Manolo llegó con un cochecito nuevo, un poco más grande, más brillosos, y con unas llantitas que se convertían en llantotas a comparación con nuestros coches. Vio su ventaja sobre nosotros y dejó de divertirse junto con nosotros, como solíamos hacerlo. Ganó y ganó, hasta que su mamá le compró otro cochecito nuevo, mejor, un poco más grande que el anterior. Así que el anterior se lo regaló (por no decir, se lo vendió muy barato) a Valentín, quien ahora se sentía más grande que el resto de nosotros, pero no tan grande como Manolo, él sí que era grande. Esta cadenita, siguió con el resto de nosotros cada vez que Manolo llegaba con un cochecito nuevo, hasta que un día dejamos de jugar, dejamos de divertirnos, empezamos a pelearnos, y optamos por separarnos y no volver a juntarnos en la banqueta.

- Uñas.- Las nuevas tecnologías que se vuelven obsoletas (como bien lo dice Mc Luhan en su aforismo, if it Works, it’s obsolete) son regaladas (por no decir, vendidas a bajo precio, o mejor dicho, a un poco más de deuda externa) a países que no tienen la posibilidad de tenerla.

- Dedos.- Todo mundo lucha por ser el ganador teniendo ventajas y pasando sobre los demás

- Tripas.- No quiero que en el mundo dejemos de jugar, dejemos de divertirnos, dejemos de existir y no volvamos a ver a nuestro planeta tierra, a la humanidad


http://es.news.yahoo.com/050512/44/4200m.html

Comentarios

Entradas populares