MOJÉMONOS
Allá abajo en el río, donde todas las comadres ponían a lavar sus vidas, y a limpiar sus prendas. La más grande de todas, quien con sabios consejos, guiaba a las muchachas del pueblo, escuchaba con atención la plática de Nacha, quien apenas tenía dos semanas de haber llegado a tan prestigiado grupo.
Sin decir ni una sola palabra, la mayor, entró al río, con todo y ropa, con todo lo que tenía encima, dejó su piedra, dejó su agua, dejó su lugar, dejó todo, y se sumergió, y en un instante emergió, y el agua, y la piedra, y el río y su ropa, y toda ella se fundieron.
Nacha, tiempo después llevó a su nieta a ese lugar mágico de tan sabios consejos. Ahora sin agua, sonrió y compartió: - Entre más pronto te mojes, más tiempo tienes de secarte -
TE AMO
Sin decir ni una sola palabra, la mayor, entró al río, con todo y ropa, con todo lo que tenía encima, dejó su piedra, dejó su agua, dejó su lugar, dejó todo, y se sumergió, y en un instante emergió, y el agua, y la piedra, y el río y su ropa, y toda ella se fundieron.
Nacha, tiempo después llevó a su nieta a ese lugar mágico de tan sabios consejos. Ahora sin agua, sonrió y compartió: - Entre más pronto te mojes, más tiempo tienes de secarte -
TE AMO
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